“El juego de las inteligencias”
“La inteligencia consiste no sólo en el conocimiento, sino también en la
destreza de aplicar los conocimientos en la práctica” - Aristóteles
Vayamos a lo nuestro, una pelota de béisbol es aquella que tiene de
circunferencia 9 pulgadas (22.5 centímetros) y no mayor a 9 1/4 pulgadas (24
centímetros), y 5 onzas (142 g) de peso. El núcleo de la pelota es de corcho,
caucho o una mezcla de ambos, a su alrededor están enrollados hilos de varios
materiales que incluyen hilo y cordel, ocasionalmente puede ser utilizada lana,
finalmente posee una cubierta de piel, en dos piezas, que son cosidas juntas en
108 costuras de hilo rojo encerado de algodón. Pero lo más importante es
que esa pelotita puesta en juego en un campo de beisbol, representa un número,
una cifra, un porcentaje o hasta un triunfo.
No estoy a favor de dar a conocer muy
puntualmente las cifras y porcentajes de los jugadores cuando se trata de
categorías infantiles o menores, considero –en mi opinión- que un porcentaje
mal interpretado o expresado con insidia, puede provocar que el jugador pierda
el ánimo, sin suponer, desde luego, que pueda ser motivo de sorna o
señalamientos por parte de los demás compañeros del equipo, situación que en un
niño o en un joven, por su inmadurez, los puede llevar a algún tipo de
depresión y/o a una agresividad mal sana para ellos o para su compañeros (en
igual forma, puede pasar que el niño o joven se sienta superdotado y desatienda
sus entrenamientos o las indicaciones de sus instructores).
Creo que se debe compartir con los
pequeños y jóvenes, alguna información respecto a su desempeño y evolución, con
el objeto de motivarlo para detonar en el plano deportivo su espíritu de
competencia, sin embargo, conservándoles la dignidad y el respeto.
Ahora bien, los niños y jóvenes, a
diferencia de los jugadores profesionales o los adultos amateur, están en un
desarrollo deportivo ascendente, esto es, los nuevos peloteros incrementaran
sus capacidades de bateo, fildeo, etc. en la medida en que se desarrollen
física y mentalmente, combinado, por supuesto, con el entrenamiento y conocimiento
íntegro del juego de pelota, por lo que, es casi seguro que un niño bien
educado (deportivamente) y con un crecimiento sano, en pocos meses sus
promedios y porcentajes se verán incrementados sustancialmente, luego entonces,
las cifras de un jugador en un momento, servirán en el futuro únicamente como
referencia para el cuerpo técnico, con el fin de comprobar el crecimiento
deportivo y en su caso subsanar las deficiencias en el desempeño.
En ese tenor, es importante señalar, que
en total durante el Torneo de la Hermandad en Puebla, hubo 10 jugadores de la Liga de
Beisbol Alianza de Tranviarios, que jugaron 4 partidos, divididos en 2
días, que se jugaron con el corazón 20
entradas, Tranviarios produjo en
forma total 73 carreras (como
equipo), que equivale a 3.65 carreras
por entrada y 18.25 carreras por
partido. Pero debo decir que las Risas, Gritos, Porras, Aplausos, Abrazos, Besos,
Chicles, Botes de Agua y Lágrimas, fueron exponencialmente superiores a los ponches,
outs y errores.
El objetivo principal del line up
era que todos tuvieran su turno al bat y, que en la medida de lo posible
pudieran ser remolcados por el jugador que los siguiera en el turno, se escogió
que los jugadores más novatos o más pequeños ocuparan el infield o los jardines
acompañados con jugadores con más experiencia o más desarrollados físicamente,
el objeto era que hubiera un cooperación rookie-senior
que el primero aprendiera del segundo, mientras que al mayor se le avalaba con un
sentido de responsabilidad; podemos decir que a la luz de los resultados, ambos
objetivos se cumplieron. Por último les dejo
una frase muy graciosa que decía Oscar
“Rápido” Esquivel, “Si usted tiene un enemigo, no lo ahorque, no
lo fusile, no lo queme, simplemente métalo de ampayer".
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